domingo, 16 de marzo de 2014

Soplo Ha Ho parte 1


PRIMERA PARTE
Soplo Ha
EL "Soplo Ha" es considerado un ejercicio de purificación.
Como todo Pranayama, tiene 3 partes:
  •  Puraka: adquisición, absorción, inhalación
  •   Kumbhaka: retención, conservación
  • Rechaka:  exhalación,  purificación
En todos estos movimientos, la mente concentrada plenamente, dirige todo.
Postura:
De pie, con los pies separados alrededor de tres palmas.
Ejecución:
Inhalan y al exhalar, inclinan el tronco hacia el frente con las manos tratando de llegar al suelo, cabeza colgando entre los brazos.



Puraka:
Inician una profunda, larga y agradable inhalación, al mismo tiempo que van levantando el tronco y elevando las manos al punto más alto. Emiten Ha (Ja…) con toda la fuerza de su ser.




Kumbhaka:
Retienen un instante la vibración Ha, dejando que todas las energías negativas y desperdicios se deprendan de su ser.
Rechaka:
Inician una exhalación, dejando que su ser se libere y rechace todas esas energías negativas y desperdicios que se han desprendido, volviendo a la posición inicial.



Nota:
Lo ideal es repetirlo varias veces hasta que sientan que su ser este limpio y en armonía.

Al terminar esta purificación energética, se sientan, se desperezan y luego meditan…



Durante todo este movimiento, procuren mentalmente, mantener la paz absoluta unidos a nuestro Padre/Madre Dios…
Y no coloquen ha nuestro Padre/Madre Dios tan alto, allá en lo inaccesible, y, simultáneamente a ustedes mismos, en el más tenebroso pilar de la inferioridad… Pensamiento que por años y milenios ¡nos ha hecho tanto mal!…
Por eso, nuestro Padre/Madre Dios ha sido temido, pero no amado. Está tan lejos, que no tenemos la audacia de pensar que está al alcance de nosotros… de que está en nosotros… de que somos Uno…
Y no obstante enunciando su omnipresencia, vivimos en la convicción de lo contrario. Y así, nos sentimos desamparados. El desaliento resultante de la inaccesibilidad a la Bienaventuranza Suprema hace que nos quedemos parados donde estamos o incluso que retrocedamos y nos tornemos más frágiles y cometamos más errores.
Somos lo que imaginamos que somos.
Al afirmar imperfecciones y concentrar la consciencia sobre inferioridades sólo ha conseguido conducir al padecimiento, a la falencia.
Nadie desconoce el poder de la autosugestión, sea para curar, mejorar, elevar, o al contrario, sea para enfermar y empeorar.
Todo depende de su contenido, el que sea positivo o negativo.
El occidental, merced a tan bien intencionada pero funesta enseñanza religiosa generalizada, ha enraizado en el subconsciente la autosugestión eficaz que dice que es un mísero “pecador”.
Esta “sugestión” ha dado sus frutos: sufrimiento, enfermedad, vicios, ansiedades, complejo de inferioridad y hasta amoralismo “patológico”.
El Yogui nunca se preocupa por sus pecados (errores) o del pecado (error). Prefiere atender a lo contrario, y afirmar su unidad con lo Divino, imitando a Jesús al decir: "Yo y el Padre/Madre somos Uno"
Estamos invitados a imitarlo. Potencialmente somos divinos. Y la existencia nos fue dada para que podamos actualizar esta potencialidad. Divinizarnos.

"Un necio se golpeaba el pecho todos los días y repetía:
—Yo pecador... yo pecador... yo pecador...
Y acabó siéndolo.
Un sabio, repetía hasta el cansancio:
—Yo y Dios somos Uno... Dios y yo somos Uno... yo y Dios somos Uno...
Y acabó siéndolo."